14 septiembre, 2011

Segregación sistemática.

  El 20 de Abril de 1964 un abogado sudafricano, mientras se auto defendía en el juicio de Rivonia, argumentaba: ‘‘Hay dos maneras de romper con la pobreza. La primera es mediante una adecuada educación y la segunda es adquirir una mayor profesionalidad de los trabajadores y de esta manera adquirir  mayores salarios. Estas dos vías de salvación están deliberadamente cortadas por la legislación de los blancos. ’’
Aunque sus argumentos no solo abarcaban el ámbito educativo, me resulta inevitable ponderar las similitudes existentes en aquel entonces  con la actual realidad educativa de la república dominicana.
Al parecer, la oligarquía dominicana ha logrado deslizar sutilmente al  sistema educativo dominicano sus  propias medidas de segregación, estas al igual que las del discriminante APARTHEID, están llamadas a salvaguardar el lindero existente entre la clase alta y las demás clases de la república dominicana, y lo que es peor aún, están deliberadamente respaldadas por los gobiernos que nos han dirigido.
Solo basta echar un vistazo al panorama que nos presenta el sistema de educación superior, e inevitablemente concluiremos que es política, económica y socialmente excluyente. Se trata de un sistema cuidadosamente diseñado para preservar esta desigualdad, sus actores, como si se tratara de un guión magistral responden a sus intereses y hacen posible la continuidad de su hegemonía.
Por un lado, las instituciones privadas de educación superior, sobre todo aquellas que gozan de gran prestigio ¨en el país¨ representan el punto de partida de este sistema, es aquí donde la segregación inicia su proceso y se pone de manifiesto. Para nadie es un secreto que los costos de matriculación de una de estas instituciones son sencillamente inalcanzables  no solo por los pobres, sino también,  por gran parte de la sociedad de la república dominicana, exceptuando claro está, a los que comúnmente llamamos ¨Los Mas pudientes¨.              
  
Esta condición representa la primera línea de defensa  para preservar la desigualdad entre unos y otros, bajo estas condiciones sólo un diminuto grupo de estudiantes de bajos recursos puede acceder y eventualmente dar finalización a sus estudios universitarios.
La solución aparente sería tan simple como estudiar en cualquier otra institución que resulte accesible para el estudiantado de  recursos limitados, pero es justamente en este punto en el que entra a escena el segundo ingrediente de esta receta segregativa, y es el empleador. Este patológicamente entiende que los buenos profesionales única y exclusivamente son los egresados de estas magníficas y costosísimas instituciones educativas y con esta predeterminación son ineludibles las consecuencias, pues todas atinan a la preservación de la supremacía de la clase élite dominicana.
Por otra parte, el gobierno constituye una pieza clave para lograr desarrollar este “apartheid a la criolla”, ya que es el responsable de propiciar  y garantizar las condiciones ideales para llevarlo a cabo, la indiferencia de este frente a los astronómicos aumentos que frecuentemente disponen estas instituciones representa la estocada final para aquellos osados que se atrevieron a desafiar el sistema, simplemente deben resignarse y optar por otras alternativas.
Es así como nuestras autoridades no muestran el menor interés por ampliar, en extensión y en profundidad, el mercado de masas que solo podría crecer horizontal y verticalmente si se impulsara la puesta en práctica de hondas transformaciones en toda la estructura educativa   dominicana. Por el contrario, estamos dominados por leyes hechas por pocos y soportadas por muchos, pero es aún más desalentador presenciar la deliberada y continua violación a la ley general de educación  66-97.

Esta ley dispone que el gasto en ese sector debe ser igual al 16% del gasto total del Gobierno y el 4% del PIB, pero a pesar de ese mandato legal ni siquiera llega al 15 ni al 3%, respectivamente. Las disposiciones de esa ley no han sido cumplidas por ninguno de los gobiernos. El gasto público en educación desde 1995 hasta el 2010, en relación al PIB, no sobrepasó el 2.5%. Aparentemente estaba equivocado, creía que la violación a las leyes constituía un delito penalizado, ahora entiendo que depende de quienes sean los agresores.
Hoy día lidiamos inmersos en un sistema que es muy racional desde el punto de vista de sus dueños. Para los demás el sistema es tan irracional, que cuanto más se desarrolla mas agudiza sus desequilibrios  y sus tensiones. Las estructuras de la desigualdad, logradas en parte por el proceso de segregación antes descrito, contribuyen a sembrar la desocupación en vez de ayudar a resolverla; se extiende la pobreza y se concentra la riqueza. El  sistema vomita hombres, mas no ha previsto esta pequeña molestia.
Aquel abogado sudafricano se había negado a padecer la misteriosa enfermedad de la que hablaba Eugène Ionesco en su obra teatral        ´´el Rinoceronte´´, sabía que esta, solo reflejaba la ideología de la clase dominante, aunque este atrevimiento lo recluyera a 27 años de cárcel no pudo impedir que culminara su defensa con estas palabras.    
 ‘A lo largo de mi vida, me he dedicado a luchar por los derechos de los africanos. He luchado contra la dominación blanca.
He soñado con la idea de una democracia y una sociedad libre en la cual las personas viven juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal el cual quiero vivir para verlo hecho realidad. Pero si para ello es necesario... es un ideal por el cual estoy preparado a morir. ’’
NELSON MANDELA.
    
                                                                                                Edwin Hernández.

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